sábado, 19 de mayo de 2012

VICEVERSA

 
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.
                  (Mario Benedetti )

sábado, 4 de febrero de 2012

Rangos

Señor alto ejecutivo con traje de mil euros, que se ha colado descaradamente en la cafeteria, me ha tratado como subnormal por quejarme y encima me ha llamado nena: 1º. Odio que me llamen nena, yupie de mierda. 2º. Cómprese trajes claros o trátese la caspa. 3º. Con lo que ahorra en cafés (tio rata) y gasta en trajes, deberia pagarse un curso de inglés básico, para interactuar con sus compañeros internacionales de visita de negocios y no hacernos sentir vergüenza ajena a los presentes ante tal desconcertante espectáculo de trajes caros y argot de barrio. When i, i, i, i...... am little, tenia....  anseition.  When I am little tenia anseition???  Cuando yo era pequeño tenia ansiedad, quería decir ¿verdad?; -"pobre hombre"-,  (pensaría su interlocutora, pero no precisamente por su ansiedad infantil).  "-Cuando yo soy poco tenia anseition"-. ¿Qué cojones es anseition? Y lo que es peor: ¿de verdad cree que la representante vietnamita que le acompañaba abría tanto (como podia) los ojos de admiración, impresionada  por el dominio del idioma? Más bien era de espanto, pero supongo que lo pasó por alto centrada en los objetivos de su viaje,  los que albergaba esa inquietante y sobria carpeta negra. La ansiada firma estaba cerca, solo era cuestión de aguantar el tipo y hacerse la sorprendida.
Lo más inquierante es que  los lugares elegidos para cerrar estos y otros acuerdos de "importantes" reuniones de negocios, se han modernizado hasta tal punto, que ya no son necesarias las frias salas de altos edificios. Seamos modernos, viva el low-cost, que es lo que se lleva ahora,  pero sin renunciar a las gominas y los trajes, que para eso tengo un caché que aparentar. Ante todo imagen que es lo que vende (o eso os enseñan); qué acertado estuvo entonces eligiendo el sitio, mi mas sincera enhorabuena :café de 1 euro en un centro comercial.  Si al menos se citaran en el Sturbucks...., le daba un toque americano al asunto, pero  no por Dios eso es demasiado nivel!  De usted dependerá un imperio pero es usted un cutre y un absoluto inútil.
Que Dios nos pille confesaos!

viernes, 23 de diciembre de 2011

LOS MUNDOS CONTRARIOS

"Porque no te gusta el mundo,/ ni su orden repetido hasta la usura,/ ni su lento devenir en agonía,/ ni el celoso brío que lo alienta/ y a la vez lo desmorona...".

Quisiera como tú arriesgar el viaje. No ser ni luz ni sombra: sólo límite. Dejar una penumbra por todo patrimonio y hacer brotar mi sangre, sentarla entre nosotros, oír cómo se apaga su cauce diminuto, el líquido aderezo que me impulsa, la lenta munición de mi existencia. 

Oigo un rumor de cosas que pasan por la calle, el miedo es la moldura que las une. Y si miráis más al fondo de mi vida, si acercáis el oído al acorde del frío, será la locura quien hable.

Pacificamente he borrado mis huellas, he apoyado en la noche mi cuerpo impreciso, mi fe humeante. 

Acerco mi pecho al vacío. Es el aire un tarot de pájaros ciegos que escupe este canto futuro. Sólo quiero apurar mi edad, mi tierna maldición sin años y que la obscena clave de mi nombre suene por el triángulo del cielo, por el aula de las nubes que nadie ha conquistado, por todo lo que fue abatido y yo defiendo brindando a la salud de los siglos sucesivos, puntual en la violencia intermitente del invierno.


Porque mi generación no existe nada hay más terrible que un clamor de multitudes. Escribir es no aceptar lo irremediable, buscar sin equilibrio, amar sólo del tiempo el oscuro sobresalto de su rumbo. Del olvido extraje un esqueleto afín al mío, un hermoso mástil. Bastará el día en que muera con escribirme el epitafio en la niebla de un espejo.”

Antonio Lucas,   "Los Mundos Contrarios "

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Celos


De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.
Robert Louis Stevenson (1850-1894) Escritor británico.
 
Me preguntas qué me pasa. Y ya deberías saberlo. De hecho ya lo sabes y me has dicho que lo deje.  Eso por lo que me regañas y me dices vale ya. Eso me pasa, pero no puedo repetirtelo.

Me pasa que te echo de menos, que te necesito más que nunca. Que ya casi lo hemos conseguido pero aun hay que esperar. Recta final dices, pero no me está gustando. Duele más que nunca, es más duro que nunca. 

Vuelvo a estar sin ti. Yo aquí, tu allí…   Esa cama que llevamos compartiendo por ratos desde hace casi dos años, tu compañía, tu buen humor, tus conversaciones, tu amor...; todo repartido  y disfrutado en intervalos de días libres, en semanas interminables de trabajo que se solapan de nuevo con viajes y mas viajes.  Todo eso se ha acabado (bueno aun no) porque de nuevo  has tenido que irte…. , pero a otra casa, y  encima, de repente, tengo que compartirte.

 Tengo que "aguantar" que alguien sí esté disfrutando de ti: de esas charlas, ese humor, esas conversaciones. Ahora estás mas acompañado que nunca.  Justo ahora que dejabas de necesitarlo.    
De pronto alguien tiene lo que tú y yo intentamos recuperar juntos desde hace tiempo… y tu también.   Ese alguien acaba de recibir un premio que tan bien le viene y necesita en medio de su desorganizada  vida. 
En esta recta final siempre hay alguien en casa, siempre hay alguien al despertar, con quien comer, con quien cenar con quien estar, con quien hablar y no por telefono… pero no soy yo.  Alguien tan desconocido para mi y  al mismo tiempo tan cercano para ti de repente, por circunstancias.  
 Alguien que en una semana va a  disfrutarte a diario más que yo en este año y medio de viajes interminables. El premio inmerecido para quien no le supone esfuerzo.  Si,  creo que estoy celosa. Pero qué esperas, también es una mujer. 

Son todos los días con sus noches, en tu compañía. Ahora mis llamadas han pasado a un segundo plano,  por educación (estamos comiendo), por respeto (estamos cenando), por cualquier motivo (estamos charlando). Lo entiendo, pero no me gusta.  Yo espero mi turno, pero no quiero ser algo pendiente para ti. Me siento egoísta, pero es que tengo que  ser egoísta.  He sido tu protagonista todos estos años y ahora alguien me arrebata el papel sin darse cuenta, sin que te des cuenta. No me gusta esta recta final. Me sobran estos días y lo sabes.  No lo soporto. No puedo acostarme tranquila. No estoy acostumbrada.  Ella. Las referencias no son buenas y será por eso. 

Lo siento, ponte en mi lugar.  No tengo miedo,pero  estoy incómoda…. .  300 km de por medio y charlas a medianoche bajo el manto de una mesa camilla. ¿cómo no va a ser incómodo? Y no quiero ejemplos de nadie, no me sirven. Nadie son otros. Yo te quiero a ti.  

Yo también he sido victima puntual de los interrogatorios de tu subconsciente. Recuérdalo: un par de cocacolas de madrugada al salir del trabajo y análisis completo de mi acompañante. La diferencia es que no “vivimos” juntos, no comemos juntos, no vemos la tele juntos por la noche…. Supongo que  no puede compararse, estoy en mi derecho; qué menos que sentirme incómoda. Creo que es comprensible.

Cada día es peor para mi y mejor para vosotros.  Os vais acostumbrando a esa convivencia temporal y mis celos crecen de pensar en lo que otra disfruta a cambio de lo que yo me sigo perdiendo.

Dices que eso mismo lo tendremos pronto, pero llevamos tiempo luchando  para algo que vuelves a tener justo antes de juntarnos, y no conmigo. Perdoname, pero no lo soporto. Suena a premio de consolación.

Se quien es, pero no  cómo es, ni cómo te trata y no quiero saberlo. Sus referencias juegan malas pasadas a mis pensamientos y se convierte en enfermizo.  Las noches son muy duras para mi, pensando en lo fáciles que pueden ser para ella. Lo siento, estoy agotada; esto es demasiado dificil para mi.

Me siento triste, intranquila, aturdida y sin fuerzas. De pronto un sentimiento, el de los celos, ha eclipsado a un conjunto de ellos, los de felicidad, nerviosismo, ansiedad por estar juntos. Es absurdo pero no puedo evitarlo. No es tu casa, ni tu rutina, ni tu sitio.  Estoy despistada y eso me inquieta.
Es demasiado nuevo para mi como para asimilarlo en tan poco tiempo. Esta prueba es la más dificil de todas.

Una sola semana  en  años ha bastado para descubrir mis celos, pero si me lo permites, en qué momento.... No me ha gustado descubrirlos la verdad.  Sabor agridulce en el ultimo esfuerzo. Solo entiendeme,  no me pidas que lo deje. Es lo que siento y me está haciendo daño.

¿Sigues queriendo saber lo que me pasa? Piensa a la inversa imaginandome  en tu lugar; en mis noches, en lo que cuesta no deparar en ello. Piensa en lo que te quiero. Quizá de esa manera puedas comprenderlo.

martes, 1 de noviembre de 2011

Variaciones sobre un viejo tópico

Los violines de Verlaine.
Los soñados caminos de la tarde, de don Antonio.
Un viejo olor a campo.
Un viejo olor a lápices y a cuadernos.
El cielo gris.
El viento entre los árboles.
La caricia de las primeras lluvias.
La tristeza sin causa.
La soledad sonora.
La noche, cada vez más oscura y más larga.
Un cigarrillo que de pronto te sabe al primer cigarrillo.
Una antigua canción que te devuelve tus quince años.
Toda tu vida en imágenes, que acuden atropelladamente como
en una película mal montada...

Ha llegado el otoño.
(Javier Salvago) 

lunes, 24 de octubre de 2011

Vecinos


Bffffffffffffffffffffffffffffffffffffff, toc toc toc, pum pum pum,,,,,,,,,,,, tocotó tocotó tocotó......... ringggggggggg.......  asi hasta mil ruidos más.
Os presento: son mis vecinos!
Si no fuera por ellos mis días comenzarían demasiado temprano, mi sueño sería demasiado profundo y nunca tomaría infusiones. Desde hace meses y gracias a mis vecinos, mis dias comienzan más bien tarde, alrededor de las 12, mi sueño es entrecortado y he comenzado a tomar infusiones relax. Gracias por alterar mi rutina, gracias vecinos!!

En realidad, mas bien os odio. Odio cuando todos los dias como un reloj de maquinaria superprecisa, suena vuestro horrible despertador del móvil, odio cuando vuestro hijo os llama a voces para preguntar dónde tiene las camisetas (todos los dias absolutamente; digo yo que todos los dias estaran en el mismo sitio); odio cuando tú, madre de familia, te vistes primero por los pies, como una señorona (ya sabemos quien lleva los pantalones en casa), pero con tacones de 10 centímetros que retumban en el parquet asemejando el piso de arriba a un establo lleno de caballos trotando. ¿alguna vez has pensado en ponerte el calzado justo cuando te vayas? Odio cuando dos dias a la semana fiel a tu rutina y a tu obsesión compulsiva por la limpieza conectas esa insoportable aspiradora  a las 8:00 de la mañana para tener todo todo recogidito antes de irte, coincidiendo con los dos unicos dias que trabajas. ¿No podias organizarte mejor? Ah no claro. El resto de dias que no trabajas los quieres completitos para ti y tus amiguitas de "Sex and the city en Getafe". Esto ,unido a tus tacones y a los golpes de aspiradora en cada rincón, hacen que mis ojos se abran los suficiente como para no poder cerrarse de la tensión. Odio cuando tú, pequeño adolescente de las pelotas, friky de los teléfonos móviles y puntuaciones records de videojuegos, eterno experimentador de pellas...., con esa desagradable y paleta voz que tienes provocada por la mezcla hormonal que aun se está gestando en tu garganta, realizas esas llamadas taaaaaaaaaaaaaaaaaaaan largas y tannnnnnnnnnnnnnnnnn absurdas a tus colegas a las 9.00 de la mañana sea el dia que sea; llamadas que sustituyes por música zapatilla a todo rabo, atiende pavo, vamoooooooooooooo vamooooooooooooooooos!!!! chundachundachunda...!!! a las 9.00 de la mañana también pero en fin de semana, para ir preparandote para la noche que te espera, hecho que altera el pequeño intervalo que me queda entra los tacones y la aspiradora que me da tregua para reintentar el sueño que me falta. Mi pequeño Hobbit: ¿a qué cojones te dedicas en tu vida? ¿por qué no entras en el instituto a la misma hora que todo el mundo? ¿por qué no sales más de casa durante el día, ya que no estudias? ¿sabias que mi mayor rencor lo tengo contigo?

Recuerdo cuando eras pequeño y yo te llevaba en brazos, presumiendo delante de mis amigos del nuevo vecinito rico y salao con esos ojazos azules que habia llegado a esta nuestra comunidad. Recuerdo cuando aprendiste a andar y cuando te quedabas en casa mientras tu madre iba a comprar. Eras tan salao.....
¿qué os pasado en vuestra familia? ¿en qué os habeis convertido? principalmente tú.  Que evolución más extraña has seguido....  ¿por qué tengo que oir la resistencia de los muelles de tu colchón cuando se marchan tus padres por la mañana mientras estas con  tu "loquesea" en casa?  Diosssssss, porque tengo que saber todo de tu vida como un "Show de Truman" sin yo quererlo???!!!!!

Capitulo aparte merece esa hermana histerica que tienes que solo sabe hablar con chillidos como si fuera una chinchilla, siempre enfadada y llorando porque ella quiere usar el mesenger y tu poner la musica zapatilla los domingos por la mañana. Creeme; oir las notificacines del messenger por unos altavoces a todo trapo, junto a los gritos de quien puede más de ambos hermanos (chinchilla y pastor de ovejas), mientras se va alternando esa musica de "qué pasa neng"!!!!!....... , hace mucha mucha mella en mi salud física y mental.
Fisicamente a veces parezco un mapache con esas ojeras tirando a negras y emocionalmente a veces cruzan por mi mente pequeños brotes psicóticos en los que me gustaria hacer cosas....  

Actualmente vivo en un primero de un bloque de cuatro pisos. Cuando yo era pequeña mis padres siempre me hacian hincapié en que a determinadas horas no debia hacer esto o aquello por el hecho de que podia molestar a los vecinos. Yo siempre acataba las normas de buena gana, aunque me extrañaba que pudiera molestar a alguien debajo de mi,  teniendo en cuenta que los fines de semana eran eso, fines de semana, y debajo de mi casa siempre ha habido una drogueria que por supuesto estaba cerrada. No obstante  y desde entonces, soy demasiado respetuosa con ese aspecto e incluso hoy siempre que llego a horas tempranas o tardias a cualquir lugar,  intento hacer el menor ruido posible para velar por el descanso de quien ya ha elegido acostarse.
A veces pienso que soy yo la que tengo el problema, que quizá soy demasiado cuidadosa y que el hecho de haber estado viviendo 4 años en un lugar donde reinaba el silencio y la tranquilidad a cualquier hora, me ha convertido en una obsesionada del silencio.
Pero no. El problema son mis vecinos. Son ellos los que creen que viven solos en este prqueño bloque. Son ellos los que en pleno invierno y con la poca luz que hay, tienden sabanas de 4x4 estirandolas completamente, haciendo desaparecer  nuestra terraza y obligandonos a adelantar la noche en 3 horas; los mismos que de nuevo con la colada han estropeado tantas y tantas prendas a mi madre por tender la ropa chorreando en lejia sin miramiento. Los mismos que dejan huerfanos y huerfanas en mi casa tantos y tantos calcetines, bragas faja  de cuello alto y calzoncillos antilujuria que nunca vienen a recuperar y de los que luego nos acusan de secuestros (con lo feos que son).
En fin. Yo creo que , pesar de que de pequeña quizá mis padres se excedieron con lo del respeto, estoy contenta con ser asi ahora.

Me daria muchisima vergüenza pensar que alguien debajo de mi, pensara sobre mi, la mitad de lo que yo haya podido escribir aqui. 
La batalla la tengo perdida con ellos, porque llamar a su puerta para solicitar un pelin de comprensión no hace más que intensificar  en 3 dias, las ganas de limpiar de esta maniatica, el volúmen de la morralla del pequeño frodo y las ganas de tocar las pelotas en general.
Gracias,vecinos,  por alterar mi descanso, por contribuir a mi deterioro fisico entre semana, por convertirme en una persona peor. Solo me queda deciros lo que mejor me sale de dentro: ¡que os den!!

domingo, 16 de octubre de 2011

SIRA


Supongo que la de hoy es una de las entradas más difíciles a las que me puedo enfrentar. Y supongo que es porque a través de ella me estoy despidiendo definitivamente de ti, y en el fondo no quiero.

Llegaste a nuestras vidas una lluviosa noche de Noviembre; bueno en realidad ya desde un poquito antes te colaste en nuestro corazoncito, sobre todo en el mío. Yo iba a ver a Antonio a aquella nave y tú siempre salías a recibir a aquel que llegase, de esa pequeñita caja de cartón que alguien te puso entre aquellos matojos que formaban tu hogar provisional. Antonio me resumía que eras propiedad de alguien de cualquiera de las casas de alrededor pero que no te hacían demasiado caso y que quizá por eso, habías optado por buscar en aquella nave llena de trabajadores tu peculiar hogar, al menos tu pequeño rincón en el que sentirte acompañada.  Me gustaste mucho, nos gustamos mucho. Allí eras perri para todo el mundo, pero nadie conocía  ni tu identidad ni tu origen. Tus continuas visitas a la misma hora a aquel lugar te hicieron merecedora del cariño de todos los que allí trabajaban, otorgándote ese apodo de perri e incluso consintiéndote ,aun sin deber, las licencias de hacer la vista gorda  al cerrar la nave, para que pasaras la noche a refugio.

Comencé a llevarte comida y tú me lo agradecías moviendo esa preciosa cola plumero que tenias y andando como podías hacia mí, a pesar de esos dolores de cadera debido al atropello que tiempo atrás nos contaron que tuviste y del que nadie te curó. Celia también te llevaba comida, eras perri para todo el mundo y casi te estabas convirtiendo en la mascota de aquel lugar.

Pero una noche apareciste en casa para mi sorpresa y desde aquel día no quise hacer otra cosa que cuidarte y mimarte como nadie jamás lo hizo. Llovía, y mucho y también hacia frio. Antonio volvía a casa y extrañó no verte como siempre en tu pequeña caja de cartón mojada y rota. Decidió andar un poco por la carretera y ahí estabas; entre la oscuridad apareciste tumbada en la calzada, en tu cama improvisada de esa noche pero de la que debíamos sacarte para que nadie te hiciera daño. Antonio te abrió la puerta para ofrecerte un lugar mejor y tú sin pensártelo dos veces subiste de un brinco al asiento del coche sin quejarte ni un momento de ningún dolor en tu cadera.

Esa noche Antonio llegaba más tarde de lo normal, pero de pronto sonó la llave, y entró; pero no como siempre: te cedió el protagonismo y entonces tú tímidamente empujaste la puerta del comedor con tu pequeña patita y asomaste la cabeza como pidiendo permiso para pasar. Mi reacción fue de emoción y rechazo al mismo tiempo porque tenia muchas ganas desde hacia tiempo de que estuvieras con nosotros pero al mismo tiempo sentía miedo de no saber cuidarte o de no poder atenderte como debiera. Recuerdo que viniste hacia mí moviendo esa cola tan bonita y no te quise tocar porque estabas literalmente empapada y tenías un color negro muy desagradable.
Mientras pensábamos qué hacer contigo nos cogimos unos guantes de látex y te  bañamos para sanearte un poco. Ese baño de agua caliente te supo a gloria; probablemente era tu primer baño. Entonces descubrimos tu color real: eras de un color canela precioso. Te secamos y te mostramos lo que seria temporalmente tu sitio: una pequeña manta en el suelo que asumiste sin rechistar y con agrado.
No extrañabas nada y a  la mañana siguiente nos recibiste como si lleváramos años juntos.  Supongo que sabias perfectamente que estabas con la que durante semanas te llevaba esas deliciosas croquetas de cocido y que por lo tanto no estabas en mal lugar.

Poco a poco las dudas se disiparon y asumimos que formarías parte de nuestro hogar.  Las sospechas de tu posible nombre como el de Sira por la gente del lugar, nos convencieron para mantenértelo para que no perdieras una de las pocas señas de identidad que sí conocías.

Todo era nuevo para ti: tu menú diario de pulgas se cambió por unas deliciosas latas de carne, dejaste de beber agua de los charcos para tener tu propio recipiente con agua limpia y fresquita, pero lo mejor de todo fue cuando te enseñamos tu primera cama. Sustituiste esa deteriorada caja de cartón por una cesta blandita que en cuanto la viste saltaste dentro y no querías salir de ella: te estirabas, te ponías patas arriba, jugabas con ella… estabas como loca. Hasta el día de hoy ese ha sido tu lugar preferido.

Viniste con muchos traumas que nos costó que superaras, pero era tanto el cariño que despertabas en nosotros que tuvimos toda la paciencia del mundo en esperar a que fueras tú quien marcara el ritmo, quien dictara el momento en el que estabas preparada para superar todos esos miedos.
Temblabas cuando oías una voz alta, no te gustaban los niños, las bicicletas te daban pavor, y con los petardos te bloqueabas sobremanera. Nos costo casi un año que nos dejaras cogerte en brazos sin rechazarnos, apenas podíamos tocarte las pequeñas patitas y cuando nos arrimábamos más de la cuenta para alguna caricia te quedabas rígida, excesivamente sumisa y dejándote hacer. Tú nos dabas pistas de tu vida anterior.
Pero superado ese periodo, empezaste a confiar en nosotros.  Siempre estabas a nuestro lado, a nuestros pies y de repente una noche te subiste al sofá y con tus pequeñas patitas nos pedias caricias. Nos quedamos tan impresionados que nos deshacíamos en caricias contigo.
A partir de ese momento te convertiste en nuestra más fiel compañera de batallas. Nos propusimos enseñarte todo lo que alguien en una vida anterior no se preocupó en que conocieras; no escatimamos en los cuidados necesarios y quisimos que te sintieras hasta coqueta con esos cortes de pelo veraniegos, pese a tu edad, que sospechábamos.
Te enseñamos a jugar, a pasear en lugar de deambular, a viajar mucho (de hecho te encantaba viajar); quisimos enseñarte lo que era un hogar, una familia. Poquito a poco ibas perdiendo esa mirada triste. Te llevamos a los rincones que mas nos gustaban para que los disfrutaras con nosotros, la montaña, la nieve, nuestri norte... y así por fin un día conociste el mar. Hasta el momento creo que ha sido el lugar que mas te ha gustado, en el que más has disfrutado.
Recuerdo la primera vez que pisaste la arena de aquella cala en Galicia. Nos quedamos anonadados cuando al contacto de la arena en tus diminutas patas algo recorrió todo tu cuerpo y comenzaste a correr de un lado a otro con la cara desencajada de felicidad. Era como si te sintieras libre por primera vez y capaz de hacer de todo pese a todas tus limitaciones.

Era la primera vez que te veíamos correr, de hecho no pensábamos que pudierais hacerlo por ese golpe en la cadera que tan despacito te hacia levantarte y andar. Pero sí podías y de qué manera. Sentíamos una felicidad tan grande de ver lo que estabas disfrutando que en viajes siguientes siempre intentábamos llevarte cerca del mar para tu disfrute.  Has viajado muchísimo, y en todos los lugares has sabido comportarte como fiel compañera.

Podría estar horas y horas contando mil anécdotas vividas contigo, como cuando Kiko llegó a casa y supiste cederle el papel protagonista sin rechistar (aunque sabes que nunca dejaste de ser la protagonista); pero necesitaría muchas líneas más.
Ayer te marchaste, de una manera fulminaste, pero fiel a tu estilo: tranquila y sin molestar a nadie. Tu pequeño corazoncito dejó de latir de repente mientras paseabas por donde durante unos años era tu actual  hogar. Aun seguimos creyendo que esto no ha pasado, pero debemos asumir que si, que ya no estás, al menos físicamente.

Y digo esto, porque jamás vas a desaparecer de nuestras vidas.  Fuiste nuestra primera “mascota” aunque no me guste denominarte así, ya que para nosotros desde el primer momento has sido un miembro mas de la familia.
Has sido y serás “especial”, única.  La perra más obediente y educada por naturaleza, cariñosa hasta decir basta, conformista, compañera, mediadora de batallas, consejera…. Esa mirada decía tanto sin decir nada…. Muchos te denominaban pachorrona, pero lo correcto seria definirte como la serenidad y la mesura en persona.
Uno sentía estar con algo más que un perro a su lado. No permitías que estuviéramos solos cuando enfermábamos, las siestas siempre mejor cerca de nosotros….  Tu ilimitado cariño y gestos no se pueden describir con palabras, al menos yo no puedo. Insisto para nosotros eras ÚNICA. Un ejemplo de superación constante pese a lo duro de tu vida anterior.  Vivías para amar y que te amaran, el resto para ti era tan secundario….   Anteponías una caricia a cualquier apetitoso plato de comida y con el tiempo aprendiste también que el egoísmo a veces no era tan malo.

Solo nos queda este pequeño homenaje a través de unas líneas para decirte allá donde estés que te queremos con locura.  Si, en presente, aun hoy y para siempre. Que siempre has sido una perra especial desde que nos conocimos y que nunca podremos olvidarte. Siempre estarás en nuestro corazón porque tú nos has enseñado las diferentes maneras de amar incondicionalmente (aun cuando creíamos conocerlas ya).
Una perra discreta hasta el último momento, cosa que sinceramente me dio rabia, que incluso en tu despedida tampoco quisieras molestar.  Ojalá te hayas reunido con Celia y Jordi que tanto preguntaban por ti, que tanto te querían también, para que desde otro lugar te sigan mimando y cuidando como hasta ahora.  Queremos que tengas presente que a pesar de ser un “simple perro” como mucha gente pueda pensar, para nosotros has sido tan importante o más que muchas personas o incluso muchas  de las cosas que nos han pasado hasta ahora. Siempre nos has transmitido la paz que necesitábamos en todo momento y era tan descarado para los demás el cariño que te teníamos que incluso fuiste  digna de mención en los discursos de uno de los días mas importantes de nuestra vida.

Nosotros al menos queremos pensar que como humanos, te hayamos dado todo el cariño y cuidados que te faltaban y que te merecías. Que durante estos años con nosotros hayas tenido la felicidad que un día alguien te quitó y que sobretodo hayas sentido el calor de un hogar que nunca tuviste.
Nos hemos deshecho en esfuerzos pero tu constante conformismo nunca nos dejará saber si así lo sentiste. Nosotros por tus pequeños gestos, queremos pensar que si. Ayer tu luz se apagó, pero no para siempre, porque fue tan intensa durante todos estos años que seguirá alumbrando nuestro camino allá donde vayamos, y tu siempre nos acompañarás.
Hasta siempre Sira.