viernes, 23 de diciembre de 2011

LOS MUNDOS CONTRARIOS

"Porque no te gusta el mundo,/ ni su orden repetido hasta la usura,/ ni su lento devenir en agonía,/ ni el celoso brío que lo alienta/ y a la vez lo desmorona...".

Quisiera como tú arriesgar el viaje. No ser ni luz ni sombra: sólo límite. Dejar una penumbra por todo patrimonio y hacer brotar mi sangre, sentarla entre nosotros, oír cómo se apaga su cauce diminuto, el líquido aderezo que me impulsa, la lenta munición de mi existencia. 

Oigo un rumor de cosas que pasan por la calle, el miedo es la moldura que las une. Y si miráis más al fondo de mi vida, si acercáis el oído al acorde del frío, será la locura quien hable.

Pacificamente he borrado mis huellas, he apoyado en la noche mi cuerpo impreciso, mi fe humeante. 

Acerco mi pecho al vacío. Es el aire un tarot de pájaros ciegos que escupe este canto futuro. Sólo quiero apurar mi edad, mi tierna maldición sin años y que la obscena clave de mi nombre suene por el triángulo del cielo, por el aula de las nubes que nadie ha conquistado, por todo lo que fue abatido y yo defiendo brindando a la salud de los siglos sucesivos, puntual en la violencia intermitente del invierno.


Porque mi generación no existe nada hay más terrible que un clamor de multitudes. Escribir es no aceptar lo irremediable, buscar sin equilibrio, amar sólo del tiempo el oscuro sobresalto de su rumbo. Del olvido extraje un esqueleto afín al mío, un hermoso mástil. Bastará el día en que muera con escribirme el epitafio en la niebla de un espejo.”

Antonio Lucas,   "Los Mundos Contrarios "

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Celos


De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.
Robert Louis Stevenson (1850-1894) Escritor británico.
 
Me preguntas qué me pasa. Y ya deberías saberlo. De hecho ya lo sabes y me has dicho que lo deje.  Eso por lo que me regañas y me dices vale ya. Eso me pasa, pero no puedo repetirtelo.

Me pasa que te echo de menos, que te necesito más que nunca. Que ya casi lo hemos conseguido pero aun hay que esperar. Recta final dices, pero no me está gustando. Duele más que nunca, es más duro que nunca. 

Vuelvo a estar sin ti. Yo aquí, tu allí…   Esa cama que llevamos compartiendo por ratos desde hace casi dos años, tu compañía, tu buen humor, tus conversaciones, tu amor...; todo repartido  y disfrutado en intervalos de días libres, en semanas interminables de trabajo que se solapan de nuevo con viajes y mas viajes.  Todo eso se ha acabado (bueno aun no) porque de nuevo  has tenido que irte…. , pero a otra casa, y  encima, de repente, tengo que compartirte.

 Tengo que "aguantar" que alguien sí esté disfrutando de ti: de esas charlas, ese humor, esas conversaciones. Ahora estás mas acompañado que nunca.  Justo ahora que dejabas de necesitarlo.    
De pronto alguien tiene lo que tú y yo intentamos recuperar juntos desde hace tiempo… y tu también.   Ese alguien acaba de recibir un premio que tan bien le viene y necesita en medio de su desorganizada  vida. 
En esta recta final siempre hay alguien en casa, siempre hay alguien al despertar, con quien comer, con quien cenar con quien estar, con quien hablar y no por telefono… pero no soy yo.  Alguien tan desconocido para mi y  al mismo tiempo tan cercano para ti de repente, por circunstancias.  
 Alguien que en una semana va a  disfrutarte a diario más que yo en este año y medio de viajes interminables. El premio inmerecido para quien no le supone esfuerzo.  Si,  creo que estoy celosa. Pero qué esperas, también es una mujer. 

Son todos los días con sus noches, en tu compañía. Ahora mis llamadas han pasado a un segundo plano,  por educación (estamos comiendo), por respeto (estamos cenando), por cualquier motivo (estamos charlando). Lo entiendo, pero no me gusta.  Yo espero mi turno, pero no quiero ser algo pendiente para ti. Me siento egoísta, pero es que tengo que  ser egoísta.  He sido tu protagonista todos estos años y ahora alguien me arrebata el papel sin darse cuenta, sin que te des cuenta. No me gusta esta recta final. Me sobran estos días y lo sabes.  No lo soporto. No puedo acostarme tranquila. No estoy acostumbrada.  Ella. Las referencias no son buenas y será por eso. 

Lo siento, ponte en mi lugar.  No tengo miedo,pero  estoy incómoda…. .  300 km de por medio y charlas a medianoche bajo el manto de una mesa camilla. ¿cómo no va a ser incómodo? Y no quiero ejemplos de nadie, no me sirven. Nadie son otros. Yo te quiero a ti.  

Yo también he sido victima puntual de los interrogatorios de tu subconsciente. Recuérdalo: un par de cocacolas de madrugada al salir del trabajo y análisis completo de mi acompañante. La diferencia es que no “vivimos” juntos, no comemos juntos, no vemos la tele juntos por la noche…. Supongo que  no puede compararse, estoy en mi derecho; qué menos que sentirme incómoda. Creo que es comprensible.

Cada día es peor para mi y mejor para vosotros.  Os vais acostumbrando a esa convivencia temporal y mis celos crecen de pensar en lo que otra disfruta a cambio de lo que yo me sigo perdiendo.

Dices que eso mismo lo tendremos pronto, pero llevamos tiempo luchando  para algo que vuelves a tener justo antes de juntarnos, y no conmigo. Perdoname, pero no lo soporto. Suena a premio de consolación.

Se quien es, pero no  cómo es, ni cómo te trata y no quiero saberlo. Sus referencias juegan malas pasadas a mis pensamientos y se convierte en enfermizo.  Las noches son muy duras para mi, pensando en lo fáciles que pueden ser para ella. Lo siento, estoy agotada; esto es demasiado dificil para mi.

Me siento triste, intranquila, aturdida y sin fuerzas. De pronto un sentimiento, el de los celos, ha eclipsado a un conjunto de ellos, los de felicidad, nerviosismo, ansiedad por estar juntos. Es absurdo pero no puedo evitarlo. No es tu casa, ni tu rutina, ni tu sitio.  Estoy despistada y eso me inquieta.
Es demasiado nuevo para mi como para asimilarlo en tan poco tiempo. Esta prueba es la más dificil de todas.

Una sola semana  en  años ha bastado para descubrir mis celos, pero si me lo permites, en qué momento.... No me ha gustado descubrirlos la verdad.  Sabor agridulce en el ultimo esfuerzo. Solo entiendeme,  no me pidas que lo deje. Es lo que siento y me está haciendo daño.

¿Sigues queriendo saber lo que me pasa? Piensa a la inversa imaginandome  en tu lugar; en mis noches, en lo que cuesta no deparar en ello. Piensa en lo que te quiero. Quizá de esa manera puedas comprenderlo.

martes, 1 de noviembre de 2011

Variaciones sobre un viejo tópico

Los violines de Verlaine.
Los soñados caminos de la tarde, de don Antonio.
Un viejo olor a campo.
Un viejo olor a lápices y a cuadernos.
El cielo gris.
El viento entre los árboles.
La caricia de las primeras lluvias.
La tristeza sin causa.
La soledad sonora.
La noche, cada vez más oscura y más larga.
Un cigarrillo que de pronto te sabe al primer cigarrillo.
Una antigua canción que te devuelve tus quince años.
Toda tu vida en imágenes, que acuden atropelladamente como
en una película mal montada...

Ha llegado el otoño.
(Javier Salvago) 

lunes, 24 de octubre de 2011

Vecinos


Bffffffffffffffffffffffffffffffffffffff, toc toc toc, pum pum pum,,,,,,,,,,,, tocotó tocotó tocotó......... ringggggggggg.......  asi hasta mil ruidos más.
Os presento: son mis vecinos!
Si no fuera por ellos mis días comenzarían demasiado temprano, mi sueño sería demasiado profundo y nunca tomaría infusiones. Desde hace meses y gracias a mis vecinos, mis dias comienzan más bien tarde, alrededor de las 12, mi sueño es entrecortado y he comenzado a tomar infusiones relax. Gracias por alterar mi rutina, gracias vecinos!!

En realidad, mas bien os odio. Odio cuando todos los dias como un reloj de maquinaria superprecisa, suena vuestro horrible despertador del móvil, odio cuando vuestro hijo os llama a voces para preguntar dónde tiene las camisetas (todos los dias absolutamente; digo yo que todos los dias estaran en el mismo sitio); odio cuando tú, madre de familia, te vistes primero por los pies, como una señorona (ya sabemos quien lleva los pantalones en casa), pero con tacones de 10 centímetros que retumban en el parquet asemejando el piso de arriba a un establo lleno de caballos trotando. ¿alguna vez has pensado en ponerte el calzado justo cuando te vayas? Odio cuando dos dias a la semana fiel a tu rutina y a tu obsesión compulsiva por la limpieza conectas esa insoportable aspiradora  a las 8:00 de la mañana para tener todo todo recogidito antes de irte, coincidiendo con los dos unicos dias que trabajas. ¿No podias organizarte mejor? Ah no claro. El resto de dias que no trabajas los quieres completitos para ti y tus amiguitas de "Sex and the city en Getafe". Esto ,unido a tus tacones y a los golpes de aspiradora en cada rincón, hacen que mis ojos se abran los suficiente como para no poder cerrarse de la tensión. Odio cuando tú, pequeño adolescente de las pelotas, friky de los teléfonos móviles y puntuaciones records de videojuegos, eterno experimentador de pellas...., con esa desagradable y paleta voz que tienes provocada por la mezcla hormonal que aun se está gestando en tu garganta, realizas esas llamadas taaaaaaaaaaaaaaaaaaaan largas y tannnnnnnnnnnnnnnnnn absurdas a tus colegas a las 9.00 de la mañana sea el dia que sea; llamadas que sustituyes por música zapatilla a todo rabo, atiende pavo, vamoooooooooooooo vamooooooooooooooooos!!!! chundachundachunda...!!! a las 9.00 de la mañana también pero en fin de semana, para ir preparandote para la noche que te espera, hecho que altera el pequeño intervalo que me queda entra los tacones y la aspiradora que me da tregua para reintentar el sueño que me falta. Mi pequeño Hobbit: ¿a qué cojones te dedicas en tu vida? ¿por qué no entras en el instituto a la misma hora que todo el mundo? ¿por qué no sales más de casa durante el día, ya que no estudias? ¿sabias que mi mayor rencor lo tengo contigo?

Recuerdo cuando eras pequeño y yo te llevaba en brazos, presumiendo delante de mis amigos del nuevo vecinito rico y salao con esos ojazos azules que habia llegado a esta nuestra comunidad. Recuerdo cuando aprendiste a andar y cuando te quedabas en casa mientras tu madre iba a comprar. Eras tan salao.....
¿qué os pasado en vuestra familia? ¿en qué os habeis convertido? principalmente tú.  Que evolución más extraña has seguido....  ¿por qué tengo que oir la resistencia de los muelles de tu colchón cuando se marchan tus padres por la mañana mientras estas con  tu "loquesea" en casa?  Diosssssss, porque tengo que saber todo de tu vida como un "Show de Truman" sin yo quererlo???!!!!!

Capitulo aparte merece esa hermana histerica que tienes que solo sabe hablar con chillidos como si fuera una chinchilla, siempre enfadada y llorando porque ella quiere usar el mesenger y tu poner la musica zapatilla los domingos por la mañana. Creeme; oir las notificacines del messenger por unos altavoces a todo trapo, junto a los gritos de quien puede más de ambos hermanos (chinchilla y pastor de ovejas), mientras se va alternando esa musica de "qué pasa neng"!!!!!....... , hace mucha mucha mella en mi salud física y mental.
Fisicamente a veces parezco un mapache con esas ojeras tirando a negras y emocionalmente a veces cruzan por mi mente pequeños brotes psicóticos en los que me gustaria hacer cosas....  

Actualmente vivo en un primero de un bloque de cuatro pisos. Cuando yo era pequeña mis padres siempre me hacian hincapié en que a determinadas horas no debia hacer esto o aquello por el hecho de que podia molestar a los vecinos. Yo siempre acataba las normas de buena gana, aunque me extrañaba que pudiera molestar a alguien debajo de mi,  teniendo en cuenta que los fines de semana eran eso, fines de semana, y debajo de mi casa siempre ha habido una drogueria que por supuesto estaba cerrada. No obstante  y desde entonces, soy demasiado respetuosa con ese aspecto e incluso hoy siempre que llego a horas tempranas o tardias a cualquir lugar,  intento hacer el menor ruido posible para velar por el descanso de quien ya ha elegido acostarse.
A veces pienso que soy yo la que tengo el problema, que quizá soy demasiado cuidadosa y que el hecho de haber estado viviendo 4 años en un lugar donde reinaba el silencio y la tranquilidad a cualquier hora, me ha convertido en una obsesionada del silencio.
Pero no. El problema son mis vecinos. Son ellos los que creen que viven solos en este prqueño bloque. Son ellos los que en pleno invierno y con la poca luz que hay, tienden sabanas de 4x4 estirandolas completamente, haciendo desaparecer  nuestra terraza y obligandonos a adelantar la noche en 3 horas; los mismos que de nuevo con la colada han estropeado tantas y tantas prendas a mi madre por tender la ropa chorreando en lejia sin miramiento. Los mismos que dejan huerfanos y huerfanas en mi casa tantos y tantos calcetines, bragas faja  de cuello alto y calzoncillos antilujuria que nunca vienen a recuperar y de los que luego nos acusan de secuestros (con lo feos que son).
En fin. Yo creo que , pesar de que de pequeña quizá mis padres se excedieron con lo del respeto, estoy contenta con ser asi ahora.

Me daria muchisima vergüenza pensar que alguien debajo de mi, pensara sobre mi, la mitad de lo que yo haya podido escribir aqui. 
La batalla la tengo perdida con ellos, porque llamar a su puerta para solicitar un pelin de comprensión no hace más que intensificar  en 3 dias, las ganas de limpiar de esta maniatica, el volúmen de la morralla del pequeño frodo y las ganas de tocar las pelotas en general.
Gracias,vecinos,  por alterar mi descanso, por contribuir a mi deterioro fisico entre semana, por convertirme en una persona peor. Solo me queda deciros lo que mejor me sale de dentro: ¡que os den!!

domingo, 16 de octubre de 2011

SIRA


Supongo que la de hoy es una de las entradas más difíciles a las que me puedo enfrentar. Y supongo que es porque a través de ella me estoy despidiendo definitivamente de ti, y en el fondo no quiero.

Llegaste a nuestras vidas una lluviosa noche de Noviembre; bueno en realidad ya desde un poquito antes te colaste en nuestro corazoncito, sobre todo en el mío. Yo iba a ver a Antonio a aquella nave y tú siempre salías a recibir a aquel que llegase, de esa pequeñita caja de cartón que alguien te puso entre aquellos matojos que formaban tu hogar provisional. Antonio me resumía que eras propiedad de alguien de cualquiera de las casas de alrededor pero que no te hacían demasiado caso y que quizá por eso, habías optado por buscar en aquella nave llena de trabajadores tu peculiar hogar, al menos tu pequeño rincón en el que sentirte acompañada.  Me gustaste mucho, nos gustamos mucho. Allí eras perri para todo el mundo, pero nadie conocía  ni tu identidad ni tu origen. Tus continuas visitas a la misma hora a aquel lugar te hicieron merecedora del cariño de todos los que allí trabajaban, otorgándote ese apodo de perri e incluso consintiéndote ,aun sin deber, las licencias de hacer la vista gorda  al cerrar la nave, para que pasaras la noche a refugio.

Comencé a llevarte comida y tú me lo agradecías moviendo esa preciosa cola plumero que tenias y andando como podías hacia mí, a pesar de esos dolores de cadera debido al atropello que tiempo atrás nos contaron que tuviste y del que nadie te curó. Celia también te llevaba comida, eras perri para todo el mundo y casi te estabas convirtiendo en la mascota de aquel lugar.

Pero una noche apareciste en casa para mi sorpresa y desde aquel día no quise hacer otra cosa que cuidarte y mimarte como nadie jamás lo hizo. Llovía, y mucho y también hacia frio. Antonio volvía a casa y extrañó no verte como siempre en tu pequeña caja de cartón mojada y rota. Decidió andar un poco por la carretera y ahí estabas; entre la oscuridad apareciste tumbada en la calzada, en tu cama improvisada de esa noche pero de la que debíamos sacarte para que nadie te hiciera daño. Antonio te abrió la puerta para ofrecerte un lugar mejor y tú sin pensártelo dos veces subiste de un brinco al asiento del coche sin quejarte ni un momento de ningún dolor en tu cadera.

Esa noche Antonio llegaba más tarde de lo normal, pero de pronto sonó la llave, y entró; pero no como siempre: te cedió el protagonismo y entonces tú tímidamente empujaste la puerta del comedor con tu pequeña patita y asomaste la cabeza como pidiendo permiso para pasar. Mi reacción fue de emoción y rechazo al mismo tiempo porque tenia muchas ganas desde hacia tiempo de que estuvieras con nosotros pero al mismo tiempo sentía miedo de no saber cuidarte o de no poder atenderte como debiera. Recuerdo que viniste hacia mí moviendo esa cola tan bonita y no te quise tocar porque estabas literalmente empapada y tenías un color negro muy desagradable.
Mientras pensábamos qué hacer contigo nos cogimos unos guantes de látex y te  bañamos para sanearte un poco. Ese baño de agua caliente te supo a gloria; probablemente era tu primer baño. Entonces descubrimos tu color real: eras de un color canela precioso. Te secamos y te mostramos lo que seria temporalmente tu sitio: una pequeña manta en el suelo que asumiste sin rechistar y con agrado.
No extrañabas nada y a  la mañana siguiente nos recibiste como si lleváramos años juntos.  Supongo que sabias perfectamente que estabas con la que durante semanas te llevaba esas deliciosas croquetas de cocido y que por lo tanto no estabas en mal lugar.

Poco a poco las dudas se disiparon y asumimos que formarías parte de nuestro hogar.  Las sospechas de tu posible nombre como el de Sira por la gente del lugar, nos convencieron para mantenértelo para que no perdieras una de las pocas señas de identidad que sí conocías.

Todo era nuevo para ti: tu menú diario de pulgas se cambió por unas deliciosas latas de carne, dejaste de beber agua de los charcos para tener tu propio recipiente con agua limpia y fresquita, pero lo mejor de todo fue cuando te enseñamos tu primera cama. Sustituiste esa deteriorada caja de cartón por una cesta blandita que en cuanto la viste saltaste dentro y no querías salir de ella: te estirabas, te ponías patas arriba, jugabas con ella… estabas como loca. Hasta el día de hoy ese ha sido tu lugar preferido.

Viniste con muchos traumas que nos costó que superaras, pero era tanto el cariño que despertabas en nosotros que tuvimos toda la paciencia del mundo en esperar a que fueras tú quien marcara el ritmo, quien dictara el momento en el que estabas preparada para superar todos esos miedos.
Temblabas cuando oías una voz alta, no te gustaban los niños, las bicicletas te daban pavor, y con los petardos te bloqueabas sobremanera. Nos costo casi un año que nos dejaras cogerte en brazos sin rechazarnos, apenas podíamos tocarte las pequeñas patitas y cuando nos arrimábamos más de la cuenta para alguna caricia te quedabas rígida, excesivamente sumisa y dejándote hacer. Tú nos dabas pistas de tu vida anterior.
Pero superado ese periodo, empezaste a confiar en nosotros.  Siempre estabas a nuestro lado, a nuestros pies y de repente una noche te subiste al sofá y con tus pequeñas patitas nos pedias caricias. Nos quedamos tan impresionados que nos deshacíamos en caricias contigo.
A partir de ese momento te convertiste en nuestra más fiel compañera de batallas. Nos propusimos enseñarte todo lo que alguien en una vida anterior no se preocupó en que conocieras; no escatimamos en los cuidados necesarios y quisimos que te sintieras hasta coqueta con esos cortes de pelo veraniegos, pese a tu edad, que sospechábamos.
Te enseñamos a jugar, a pasear en lugar de deambular, a viajar mucho (de hecho te encantaba viajar); quisimos enseñarte lo que era un hogar, una familia. Poquito a poco ibas perdiendo esa mirada triste. Te llevamos a los rincones que mas nos gustaban para que los disfrutaras con nosotros, la montaña, la nieve, nuestri norte... y así por fin un día conociste el mar. Hasta el momento creo que ha sido el lugar que mas te ha gustado, en el que más has disfrutado.
Recuerdo la primera vez que pisaste la arena de aquella cala en Galicia. Nos quedamos anonadados cuando al contacto de la arena en tus diminutas patas algo recorrió todo tu cuerpo y comenzaste a correr de un lado a otro con la cara desencajada de felicidad. Era como si te sintieras libre por primera vez y capaz de hacer de todo pese a todas tus limitaciones.

Era la primera vez que te veíamos correr, de hecho no pensábamos que pudierais hacerlo por ese golpe en la cadera que tan despacito te hacia levantarte y andar. Pero sí podías y de qué manera. Sentíamos una felicidad tan grande de ver lo que estabas disfrutando que en viajes siguientes siempre intentábamos llevarte cerca del mar para tu disfrute.  Has viajado muchísimo, y en todos los lugares has sabido comportarte como fiel compañera.

Podría estar horas y horas contando mil anécdotas vividas contigo, como cuando Kiko llegó a casa y supiste cederle el papel protagonista sin rechistar (aunque sabes que nunca dejaste de ser la protagonista); pero necesitaría muchas líneas más.
Ayer te marchaste, de una manera fulminaste, pero fiel a tu estilo: tranquila y sin molestar a nadie. Tu pequeño corazoncito dejó de latir de repente mientras paseabas por donde durante unos años era tu actual  hogar. Aun seguimos creyendo que esto no ha pasado, pero debemos asumir que si, que ya no estás, al menos físicamente.

Y digo esto, porque jamás vas a desaparecer de nuestras vidas.  Fuiste nuestra primera “mascota” aunque no me guste denominarte así, ya que para nosotros desde el primer momento has sido un miembro mas de la familia.
Has sido y serás “especial”, única.  La perra más obediente y educada por naturaleza, cariñosa hasta decir basta, conformista, compañera, mediadora de batallas, consejera…. Esa mirada decía tanto sin decir nada…. Muchos te denominaban pachorrona, pero lo correcto seria definirte como la serenidad y la mesura en persona.
Uno sentía estar con algo más que un perro a su lado. No permitías que estuviéramos solos cuando enfermábamos, las siestas siempre mejor cerca de nosotros….  Tu ilimitado cariño y gestos no se pueden describir con palabras, al menos yo no puedo. Insisto para nosotros eras ÚNICA. Un ejemplo de superación constante pese a lo duro de tu vida anterior.  Vivías para amar y que te amaran, el resto para ti era tan secundario….   Anteponías una caricia a cualquier apetitoso plato de comida y con el tiempo aprendiste también que el egoísmo a veces no era tan malo.

Solo nos queda este pequeño homenaje a través de unas líneas para decirte allá donde estés que te queremos con locura.  Si, en presente, aun hoy y para siempre. Que siempre has sido una perra especial desde que nos conocimos y que nunca podremos olvidarte. Siempre estarás en nuestro corazón porque tú nos has enseñado las diferentes maneras de amar incondicionalmente (aun cuando creíamos conocerlas ya).
Una perra discreta hasta el último momento, cosa que sinceramente me dio rabia, que incluso en tu despedida tampoco quisieras molestar.  Ojalá te hayas reunido con Celia y Jordi que tanto preguntaban por ti, que tanto te querían también, para que desde otro lugar te sigan mimando y cuidando como hasta ahora.  Queremos que tengas presente que a pesar de ser un “simple perro” como mucha gente pueda pensar, para nosotros has sido tan importante o más que muchas personas o incluso muchas  de las cosas que nos han pasado hasta ahora. Siempre nos has transmitido la paz que necesitábamos en todo momento y era tan descarado para los demás el cariño que te teníamos que incluso fuiste  digna de mención en los discursos de uno de los días mas importantes de nuestra vida.

Nosotros al menos queremos pensar que como humanos, te hayamos dado todo el cariño y cuidados que te faltaban y que te merecías. Que durante estos años con nosotros hayas tenido la felicidad que un día alguien te quitó y que sobretodo hayas sentido el calor de un hogar que nunca tuviste.
Nos hemos deshecho en esfuerzos pero tu constante conformismo nunca nos dejará saber si así lo sentiste. Nosotros por tus pequeños gestos, queremos pensar que si. Ayer tu luz se apagó, pero no para siempre, porque fue tan intensa durante todos estos años que seguirá alumbrando nuestro camino allá donde vayamos, y tu siempre nos acompañarás.
Hasta siempre Sira.


sábado, 3 de septiembre de 2011

Bolsas


A mi madre le chiflan las bolsas. He llegado a esa conclusión después de muchas comidas y cenas en tupper.

Le pasa igual que con el ajo en las comidas: -" ay hija es que le tengo que poner"-; (si mama, pero no en cantidades industriales como para acabar con una población entera de vampiros). Tres dias después, puedes seguir degustando el delicioso plato que elaboró mi madre con ajos.
Pues con las bolsas igual, le vale el mismo argumento.

Una para los cubiertos que previamente ya se encuentran envueltos en servilletas y atados con celo para evitar que te pinches con el cuchillo al manipularlo, buscándolos entre tanto plástico; otra para el tupper de turno, otra envolviendo a su vez el tupper ya envuelto (sistema antivuelco, entiendo), y finalmente una más chuli, rigida de cartón  y con asitas, (de esas de dibujitos como las de los regalos de cumpleaños), para transportar la comida y los kilos de plástico que la acompañan.

¿Que llevas postre? pues por supuesto no le falta su bolsa arropando al yogurt de fresa, eso si: adaptada a su tamaño; en este caso emplea bolsas pequeñitas de las farmacias y similares, para no desperdiciar las grandes, pienso yo. Qué apañá!

Pero reconozco que esa mania me pone muy muy nerviosa. Acceder a la cena se convierte en una dura lucha entre tanta bolsa y precinto. Cuando consigues llegar a ese tupper, estás salivando, con ansiendad y empiezas a comer como si no hubiera un mañana. De repente, sientes un apetito feroz y es por tener que abrirte paso entre tanto obstáculo (cinco minutos antes solo tenias gusa). A veces me siento como un perrito al que le han escondido un delicioso premio.

Al final me da pena, porque todo el empeño que ella le pone, yo lo destrozo en pocos segundos.
El papel que envolvia los cubiertos y que a su vez me hubiera servido de modesto minimantel, acaba destruido(porque no hay ni cristo que sea capaz de separar ese celo del papel y me pongo muy nerviosa); la bolsa que envuelve al tupper acaba con un considerable agujero, porque mi madre tiene otro capitulo aparte con el tema nudo de las bolsas (mas de dos y tres), y el resto en la basura con servilletas y todo lo que pudiera llevar dentro, que no he visto debido a mi hambre voraz.

Pero lo que mas me llama la atencion de todo esto es que: si a diario mi madre gasta una media de 4 bolsas para mi cena que yo me encargo de destrozar....., ¿cómo es posible que siga teniendo tantas y tantas bolsas guardadas y en dónde en casa? Nunca faltará una bolsa de plastico para mi cena, es imposible, se multiplican como los peces en ese milagro que hizo nuestro señor.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Odio las despedidas

Nunca nadie me habia llamado princesa antes, pero menos aun, habian unido esa palabra a la profesion que tanto me gusta y debo decir que me encantó escucharlo esa primera vez... y todas las demás.

Esta princesa del sonido no olvidará nunca la acogida que la diste nada más llegar, lo bien que la hiciste sentir los dias sucesivos y todo lo que la has hecho reir hasta hoy para olvidarme de lo que tanto me falta aqui. 

Estarás cerca, pero eso significa  que ya no estarás donde siempre, en tu sitio, justo ahí, frente a mi. Ya no disfrutaré en primera persona de esa voz que tanto me gusta oir mientras lees sobre el papel, ya no habrá improvisaciones, divertidos despistes ni anécdotas de crápula desentrenado para contar...; y esa inconfundible espontaneidad que a veces ponía en entredicho el " qué es lo correcto" se irá contigo. 

Mi homenaje: escribirte algo bonito.

Hoy te ha tocado tragar muchas veces saliva, intentar esbozar una sonrisa que no era más que una mueca forzada... y todo para poder aguantar el tipo, escuchando todas las muestras de cariño de la gente de la que te has rodeado todo este tiempo. Yo llegué más tarde, pero me ganaste igual que a todos. Te mereces todas estas muestras y más. Tú, a tu manera te encargas de repartirlo todos los dias. Te has ido de la mejor manera: dejando un pequeño vacío y recibiendo todo ese cariño. Y este ultimo dia lo recordarás como algo muy muy entrañable. Has sido alguien importante, dando nuevas formas a algo aún más importante, casi mitico.

Yo personalmente, te echaré mucho de menos, pero otros necesitan nutrirse de tu talento, porque tú , solo tú eres único.
A por ello!!!

miércoles, 31 de agosto de 2011

SOLEDAD


Nunca habia entrado fisicamente en una residencia de la tercera edad.  El lunes estuve en una. Una visita fugaz como el pequeño rato que compartimos con la anciana motivo de nuestra visita.

Parece ser que para visitar a estas personas siempre tiene que haber algun motivo de peso. Una obligación como descendientes, un "marrón" que cumplir, que cuanto antes te lo quites mejor y hasta dentro de un año, o el que es más triste, las últimas horas de la vida del anciano. Es en esta última  circunstancia en la que todo el mundo se acuerda de él, todo el mundo quiere visitarle (unos siempre para cumplir ese marrón), todo el mundo le quiere. Tu compartes una hora de tu dia, pero para ellos es lo más emocionante de ese dia.

La persona que está ahi dentro, vive ahi. Sus 24 horas diarias transcurren sin hacer nada dia tras dia; bueno sus momentos de ocio tienen, con muchas diferencias si le ha tocado la suerte de que lo regenten unas monjas: mientras en unas residencias tienen jardines enormes en los que pasear o simplemente sentarse en un banco, en el otro caso su entretenimiento principal es la misa de la mañana y la ultima de la tarde. Por supuesto capilla no les faltan, todas las que quieran. Y yo me pregunto:¿el hecho de ser anciano deja por sentado que son fervientes practicantes del catolicismo? ¿habrá abuelas ateas en estos centros? Supongo que si, y que tendrán las peores habitaciones por no asistir a misa como el resto.

No sabia  que existia la SOLEDAD en mayusculas y la he descubierto de la peor manera. Siempre habia pensado que llegada una edad, y siempre que un anciano necesita ciertas atenciones, el mejor lugar en el que pueden estar es en una buena residencia: gente de edad similar, atenciones las 24 horas, comida, ocio y revisiones médicas. Es perfecto.

Pero el otro dia senti una pena muy grande cuando me fui de alli. Te das cuenta de que muchos ancianos de los que están, están perfectamente: de salud mental y fisica. Entonces ¿que hacen alli? Deteriorarse poco a poco por la soledad que sufren. Un par de meses  bastan para que sus "depositarios"tengan  excusa para argumentar lo recomendado de que viva alli.  Mucha gente lo utiliza de vertedero generacional.
Te llevo porque lo necesitas, pero en realidad lo utilizo para quitarte de en medio en mi vida. E fácil identificar este perfil de ancianos: son los mas deteriorados, los más tristes, los más solos.

Nuestra visita fue fugaz a esta anciana señora. Te quedas satisfecho, pero ella no sabe cuando tendrá una siguiente visita.  ¿cuándo visitar a tu propio padre o madre se convierte en una obligacion?
Pongamonos en su lugar. 
De repente un dia ese anciano abandona su propia casa, o la de sus hijos para comenzar a vivir (de acuerdo o no) en un modulo de paredes frias, compartiendo habitacion con alguien que está medio loco, fraccionando sus 24 horas del dia en 3 bloques si o si porque hay unas reglas que cumplir. Le obligan a madrugar para desayunar temprano (menos mal, porque el dia anterior cenaron a las 18 de la tarde);para pasar la mañana, qué mejor que una entretenida misa, antes de comer a la 1 como anuncia la grabacion cutre de campanas "alarma" (claro como son viejos,tampoco son muy exigentes). Una siestecita para reposar la comida y si se aburre mucho redifundimos la misa otra vez hasta que cenes. A las 18:30 se encuentra postrada en una cama ya hasta el dia siguiente, con la unica compañía de un marco de foto en su minuscula mesilla, que tiene que alternar con la foto de la virgen de la Carrasquilla cada "x" tiempo porque las monjas no les dejan tener dos fotos juntas y temen que las regañen.

Una disciplina casi militar: horarios inflexibles, duras jornadas de eterna soledad y muchas normas.
¿ cómo no va a hacer mella esto en las cabezas? Ahora entiendo a aquella anciana que nos perseguia por los pasillos santiguandose una y otra vez,sin parar de mirarnos, acosandonos como en una pelicula de zombis; ahora entiendo a aquella otra sentada desde que llegamos sin moverse en una incomoda silla, sosteniendo su bastón (parecia un regalo),con la mirada perdida hacia la salida, sin pestañear, confiando en que alguien entrará para venir a verla; ahora entiendo a todas ellas sentadas cada una en su silla de ruedas en la salita de estar mirando al suelo  sin nada que hacer, aburridas esperando que vengan a moverlas para llevarlas a lo que toque segun la hora como cada dia. 

Nos cruzamos con diversos ancianos/as. Sinceramente teniamos una mezcla de miedo y pena. Pena al comprobar en lo que probablemten se han convertido con el paso del tiempo, a los efectos de la soledad.  Miedo a aceptar que nuestros padres puedan acabar asi: solos, tristes, sin cabeza practicamente. Y yo dudo si esa pérdida de la realidad ya la trajeran cuando llegaron o es esa soledad la que les vuelve asi.

Vimos muchas, muchas miradas perdidas, tristes, desoladas.  Miradas de aliento mientras nos observaban visitando a alguien que no eran ellos. Cuánto daño se les puede hacer a estas personas sin ser conscientes, y que guardan en silencio.
Nadie les pregunta su opinion para acabar alli. Deben aceptarlo mientras se amoldan a su nueva vida, lejos de los suyos, de su casa, de lo que antes era su vida. 

Por muy cuidados que estén, la compañía es el mejor de los alimentos.Y de eso siempre les falta.
La sensacion de abandono es impresionante; nosotros pudimos percibirla,pero son ellos la que la sufren. 
¿cuantas veces al dia se preguntarán si recibirán hoy una visita? ¿cuantas veces se lamentaran de no haber tenido suerte hoy,y que igual mañana si? ¿cuantas horas pasarán ensimismados en el mismo y único deseo de que no se olviden de ellos? 
Las suficientes como para que de repente un dia, reciban su ansiada visita.... y ya no se acuerden de ti.

martes, 30 de agosto de 2011

Precisamente tú.



Ahora que empezábamos a entendernos; ahora que empezábamos a caernos bien; ahora que empezábamos a saber el uno del otro con sólo una mirada.  Te marchas.
¿cómo se supone que debia tomármelo? Con mi mejor y más entrenada falsa sonrisa por supuesto, y con todos los mejores deseos que no me apetecia desearte, por puro egoismo.

Buscas algo mejor; dices que no cambiarias a las personas por nada del mundo... sin embargo, te marchas buscando el cambio. No lo entiendo. Mi egoismo habla, lo sé, pero no puedo pararlo.
Me lo contaste en mal momento, en mal lugar, en el peor lugar. Mientras hablabas, yo sabia que ese era el ultimo dia que ibamos a vernos. No iba a haber despedida, la que tiene fecha en tu agenda. No la habrá porque no estaré. Esa era nuestra despedida.  Pero no te conté por qué, igual que no te conté que ese era el último dia que nos veriamos.
Yo tambien tenia algo que decirte. 

Mal lugar. Yo solo queria darte un abrazo distinto al resto, el de despedida: prolongado, sentido, apretado: diferente. El último, para que también lo reconocieras. Pero era mal lugar, como siempre.  Y no existió. No lo reconociste.

Conseguiste ocupar el espacio que otros dejaron cada vez que hubo cambios en mi vida.  Lo ocupaste, lo llenaste y lo alimentaste con creces. Tu constante inercia para protegerme de mi inexperiencia....
Las cicunstancias comunes, las confidencias y los consejos.  Tú por encima del resto; tú especial sobre el resto; tú mi favorito.

Ahora, no te odio pero casi. ¿por qué me dejaste ser yo? ¿por qué supiste recibir todas mis muestras de afecto? ¿por qué quisiste devolvermelas, a tu manera, sin que se note? ¿por qué me enseñaste sin enseñarme?  ¿por qué  me pregunto tantas cosas?  ¿por qué tú sobre los demás, si ahora te marchas?

Por primera vez, soy yo la que siente el vacio en ese espacio, pero no soy yo la que se marcha.
Dejaré de ver el mar en Madrid todos los dias; dejaré de agradecertelo en silencio cada dia. Dejaré de disfrutar sin más, adentrandome en unos ojos que lo dicen  todo sin decir nada, que me serenan con solo mirarlos igual que lo hace el mar cuando lo observas.  Dejaré de agradecerte que estés ahi cada vez que llego.

Pero tienes que irte; tu  mirada debe reencontrarse con la imagen que refleja cada dia para convertirla en paisaje habitual. La palabra especial seguirá siendo para ti en mi interior, y durante mucho tiempo, la mirada FRAGIL no podrá ser reemplazada por ninguna más.

Es tu turno para elegir, comenzar, disfrutar, ser feliz.  Es tu turno para todo; ahora te toca a ti, y después.... también.
Te echaré de menos.

martes, 23 de agosto de 2011

Me gusta el café. Mucho. Supongo que de ahi el nombre para el blog, como homenaje.
Me encanta probar  todo tipos de café, eso si siempre con una condición: que sea en taza en pequeña.
Y no os imaginais la odisea que puede llegar a ser para mi el poder disfrutar de un café a gusto. Ni siquiera en las mejores cafeterias que tan bien se venden para ello. Puedo parecer rara, exquisita, tiquismiquis..., pero tampoco pido nada raro: café con leche en taza pequeña por favor. ¿por qué me miran tan raro?

Unos hacen oidos sordos y te lo ponen como al resto, para qué van a complicarse; otros te ponen el tazón de desayuno sea la hora que sea; en algunos lugares se toman la confianza de servirlo en un vaso ( he dicho taza por favor) y en otros (los menos), se toman la molestia de intentarlo pero acaban sirviendote medio litro de café en una minuscula taza ("-no le tengo cogido el punto a la maquina para este tamaño"). "-Si tuvieras una taza intermedia entre cafe solo y tazon de crispis, seguramente no se te desbordaria"- (pienso).
Quiero un café después de comer en taza pequeña, y lo quiero asi, quiero disfrutarlo!

Hubo un tiempo que desistí y me limitaba a tomar el café en cualquiera de las formas que me lo servian: tazon grande: tres sorbos; muy cargado: un poco mas de leche por favor; en vaso.... ffgrrjhhs!

Pero he descubierto que no lo disfruto, que me molesta y mi estado de ánimo cambia. Sobre todo cuando entras en alguna supuesta cafeteria selecta en la que tambien ocurre lo mismo; entras con la convicción de disfrutar el mejor de los cafés y que cuidarán todo al detalle incluido el tamaño. Pero no: -"aqui tiene su café "-(en taza mediana por supuesto). -"No quiero desayunar otra vez gracias"- . Mi desesperación aumenta cuando miro a mi alrededor y en las mesas colindantes están disfrutando de un delicioso café en taza pequeña, el tamaño que pido una y otra vez. ¿cómo demonios habrá que pedirlo? Y no, no están tomando café sólo ni cortado: es un café con leche! que lo veo desde mi mesa. No entiendo nada. Necesito cafeinaaaaaaaaaa.

Sin embargo una vez al año al menos, puedo disfrutar de la experiencia sin necesidad de explicar nada.
Cada vez que voy al norte. Alli sí saben cómo me gusta el café.
Desayuno: tazón grande con espacio suficiente para mojar bollería.
Sobremesa: cafetin.
Merienda: a elegir. 
Es PERFECTO.
Porqué no se extenderá la costumbre al resto del país....

¿Será tambien por eso que me gusta tanto subir al norte?
Probablemente.

Bienvenida

Hola, Bienvenida.
Esta es mi primera incursión en un blog y ya que soy una recien llegada me doy la bienvenida a mi misma parar no sentirme tan sola.

Supongo que esta aventura la he emprendido por mi necesidad imperiosa de escribir. Ultimamente me apetece escribir de muchas cosas, sobre muchas cosas. Tengo tantos temas sobre los que escribir que me parecia absurdo dejarlos en mi cabeza y que se olvidaran sin más.  Asi lo tengo todo recopilado. De un tiempo a esta parte me he topado con muchos textos escritos hace años por mi, y que a dia de hoy se me ha ocurrido guardar cosa que en su momento se quedaron por ahi tirados. Espero que eso se termine desde hoy.

Si te has topado conmigo, Bienvenido/a a ti también. Espero que disfrutes y te sientas agusto visitando de vez en cuando este lugar. Desconozco cual será mi frecuencia de paso por aqui, supongo que siempre que tenga algo que contar, este será el lugar para plasmarlo. ¿Temática? Lo cotidiano que no es poco.

Yo siempre estaré escribiendo con un café al lado, y una silla libre para quien quiera acompañarme en la charla: en taza pequeña como siempre.

BIENVENIDOS.